Si estás en la industria de producción de leche y no has entrado en la onda silvopastoril entenderás tras leer este blog que tarde o temprano será necesario hacerlo.
La sombra es muy importante para las vacas lecheras porque disminuye los niveles de estrés calórico. Este confort permite que la producción de leche aumente de forma natural pues pueden concentrar su energía en la digestión.
Por otra parte, este padecimiento es protagonista de diferentes afecciones como reducción del consumo de materia seca por lo tanto de la rumia; altas temperaturas corporales y disminución en la inmunidad abriendo puertas para la entrada de infecciones a glándula mamaria lo que lleva a un incremento de células somáticas; o de otro tipo como respiratorias, podales o reproductivas.
Así como estas también pueden presentarse procesos metabólicos como acidosis y disminución de la función ruminal.
Este golpe calórico puede contrarrestarse con árboles que no solo aportan sombra, sino que muchas especies contribuyen a la fijación de nitrógeno al suelo permitiendo que sea más eficiente en su producción.
Por otro lado, evitan la evapotranspiración lo que permite que la retención de agua en el suelo y en tiempos de sequías las raíces de los árboles aportan humedad de suelos más profundos lo que permite disminución de riesgos y optimización de nutrientes en el pasto de producción. Los sistemas silvopastoriles más desarrollados son multi estrato. Es decir, cuentan con tres capas vegetales: Gramíneas, leguminosas y especies arbóreas.
Además de generar bienestar, los árboles ayudan a mantener el equilibrio de los ecosistemas permitiendo que puedan interactuar con otras especies animales, especialmente aves. Algunas de ellas como garzas generan una relación de mutualismo beneficiándose a ambos.
Y ahora, ¿crees que es importante seguir sembrando árboles?